Fracaso escolar
BEGONYA GASCH: “LOS JÓVENES ABANDONAN PORQUE EL SISTEMA FRACASA: ES INFLEXIBLE Y PROTOCOLARIO”
Un artículo de Pau Rodríguez.
La escuela El Llindar es un oasis de segundas oportunidades en un país donde el abandono educativo prematuro afecta a uno de cada cinco jóvenes. Este centro de Cornellà, que cuenta con 300 estudiantes, ha sido pionero a la hora de ofrecer un único espacio, flexible y cercano, para todos aquellos alumnos producto del fracaso escolar que acaban perdiéndose en la jungla de la formación postobligatoria, si es que llegan. “Queremos romper con la lógica de programas y cursos pequeños, que buscan la inserción inmediata, y que lo único que hacen es generar itinerarios erráticos”, expone su directora, Begoña Gasch.
Después de toda una trayectoria académica de suspensos y expulsiones, de una orientación formativa casi inexistente, los jóvenes encuentran en este centro tiempo para decidirse, educadores con los que conversar, un auténtico trabajo artesano de reconstrucción de las ganas de aprender. Para hacerlo posible, en El Llindar han conseguido aglutinar toda una serie de itinerarios formativos -una ESO flexible y adaptada, una formación profesional inicial de nivel 1 y nivel 2- bajo un mismo techo. Esto da a los jóvenes, muchos de ellos desarraigados, un espacio de pertenencia ante unos itinerarios de formación postobligatoria sin muchas transiciones y donde, a menudo, no hay nadie que los acompañe, según Gasch.
En El Llindar os habéis autodenominado Escuela de Segunda Oportunidad, un concepto hasta ahora inexistente. ¿En qué consiste?
El nombre es controvertido. Nosotros decimos que la segunda oportunidad es por el sistema, para que haga una oferta educativa digna. Para la persona siempre hay más oportunidades. Lo que hemos hecho es desarrollar una arquitectura que permite ofrecer a estos jóvenes itinerarios formativos personales, flexibles y de continuidad. Los alumnos pasan unos dos o tres años de media por El Llindar, y aquí los acompañamos. El concepto más poderoso para ellos es el de futuro formativo: el recorrido. Rompamos con los itinerarios erráticos. Muchos de ellos vienen aquí preguntando si hacemos cursos, lo que sea. Es igual si haces mecánica, de peluquería… Y esto tiene que acabar. Por eso nos hacemos llamar escuela . Somos un centro educativo en tiempo y espacio. Huimos de la lógica perversa de los cursos y cursillos.
¿Por qué es tan importante que los jóvenes en entornos de exclusión tengan un espacio de formación al finalizar la ESO?
Cuando los jóvenes llegan aquí -muchos lo hacen cuando aún no han terminado la ESO- deben iniciar un proceso para volver a consentir el aprendizaje. Lo primero que hacemos es un despliegue para saber de qué manera -con qué metodología- podemos despertar las ganas de aprender de este joven que viene de un fracaso educativo cronificado. Esto es lo que nos diferencia de una FP estándar, donde este joven acabaría abandonando. Nosotros contamos con él desde el minuto cero: lo escuchamos, miramos qué necesita, qué le interesa, qué lo hace dudar, y a partir de ahí trabajamos. Detrás de las escalofriantes cifras de abandono y fracaso escolar hay jóvenes que sufren.
¿Y qué necesitan? ¿Qué os piden?
Antes de nada, tener un lugar. Han vivido con la sensación de no ser nadie, y los adolescentes no soportan ser anónimos, que nadie los mire… Por ejemplo, los profesores los esperamos fuera para darles los buenos días por la mañana. Intentamos configurar un espacio donde ellos son alguien. Ponemos ante sí un portafolios con diferentes itinerarios de formación que pueden elegir, pero lo más importante es el acompañamiento subjetivo que hacemos. Proponemos itinerarios personalizados, flexibles y más largos. La formación, certificada y de calidad, se alterna con trabajo en espacios laborales reales -una especie de formación profesional dual a medida-. Un buen taller de mecánica o una gran escuela de peluquería no la entendemos sin la parte en que acompañamos el alumno, lo escuchamos, interpretamos sus conductas. Estos son los adolescentes que en el instituto molestan, se hacen expulsar, son disruptivos… Tenemos un sistema que les ha colapsado. Hay alumnos que podrían tener el graduado pero necesitan más tiempo, y la Administración no está dispuesta a dárselo.
Las cifras tan elevadas de abandono educativo prematuro son una clara consecuencia del fracaso escolar.
Hay jóvenes que, cuando les preguntamos por qué vienen al Llindar, nos dicen que aquí es más fácil sacarse el graduado. “Pero ¿para qué lo quieres?”, les pregunto yo. Por sí solo no les servirá para trabajar. Te puedo asegurar que los que se sacan el graduado en junio, en septiembre no están haciendo nada. Lo sé porque vienen y nos lo dicen. El título debe ser una herramienta para seguir formándose. Tenemos jóvenes que han hecho todo el proceso de Imagen y Estética y van a ciclos medios y superiores, y aprueban. ¡Porque los garantizamos tiempo! Son hombres y mujeres que tienen momentos muy difíciles. Ruth abandonó a los 16 años la ESO porque a ella no le interesaba lo que pasaba en la escuela ni la escuela se interesaba por ella. Llegó aquí y ahora está haciendo un ciclo superior, trabaja con nosotros -porque es muy buena en estética- y en otro centro. Este recorrido sería casi impensable para ella en la postobligatoria tal como la conocemos. Aquí les damos confianza.
Este trabajo de acompañamiento que hacer con los alumnos ¿tiene lugar durante los talleres de formación? ¿O busca espacios dedicados a esto?
No tenemos tutorías grupales. El más potente es la conversación personal. Muchos de ellos han sufrido mucho. ¿Cómo acompañas esto? Pues teniendo un clima de conversación y de palabra, a tiempo y a destiempo, asumido por todos los educadores durante los talleres, y este vínculo hace que te pidan hablar. Así el malestar queda en la palabra y no en la conducta.
¿Esto requiere más sensibilidad entre el profesorado?
Esto requiere un esfuerzo que tiene que ver con el deseo real. A mí me preocupa realmente lo que les pasa. Es muy importante escucharlos cuando toca, a veces que te digan una sola palabra, pero que no sean anónimos. Y todos los profesores tienen esta actitud. Ayer un alumno de Ecuador protagonizó una escena muy difícil porque había perdido dos amigos en el terremoto de su país, y me decía: “¡Es que no sé llorar!”. Pues tendrá que llorar por muchas cosas en la vida, y eso no lo podemos obviar. Tendremos que acompañarlos, poner palabras para que construyan su propia narrativa.
¿Por qué consideras que en Cataluña hay un nivel tan elevado de fracaso y abandono escolar?
¡El sistema fracasa! Y entonces los jóvenes abandonan. Fracasa porque es inflexible, estándar y protocolario, y no da lugar a la particularidad de los jóvenes. La escuela da por supuesto que todos los niños tienen ganas de estudiar, y esto no es así. Y no porque no quieran. Tenemos un sistema homogéneo. Todos tenemos que hacer lo mismo, de la misma manera. Y además lo sabemos… Por tanto, debemos transgredir. Nosotros a veces, cuando están cruzados, les decimos: “Ve a casa, te lo piensas y a las tres vuelve y hablamos”. ¡Esto en un instituto es impensable! ¿Cuántos partes deberían hacer para esto? Volvemos a hablar del tiempo. Es otro universo de trabajo. El sistema quiere que todos entren a la misma hora. Hay una chica de 14 años que tiene problemas en casa y viene media hora más tarde, porque necesita que algún adulto la pueda mirar y decirle: “Buenos días”.
Este grado de personalización es difícil de conseguir en un sistema que mueve miles de alumnos, pero quizás una escuela más inclusiva desde sus inicios evitaría que muchos jóvenes necesitaran espacios como El Llindar.
Si desde la Primaria se trabajara de la mejor manera no habría que esperar a que a los 14 años salieran de la peor manera. Hablamos de alumnos que necesitan otra mirada: para conseguirlo, habría que cambiar mucho la escuela ordinaria. Se puede intentar. Siempre pongo como ejemplo el Centro de Alto Rendimiento (CAR) de Sant Cugat. Allí hay jóvenes con unas necesidades educativas particulares y les hacen todo tipo de adaptaciones, nadie se cuestiona cuánto dinero destinamos ni qué exámenes hacen. ¿Se puede tratar a los chicos y chicas uno por uno en un aula de 35? No lo sé. Pero sí sé que puedes estar en una ratio de un profesor por un alumno y, sin embargo, no hacer necesariamente una educación personalizada.
Da la sensación de que para combatir el abandono escolar hemos dedicado muchos esfuerzos para muchos programas muy diferentes con financiaciones muy diversos… Pero sin un modelo concreto.
Completamente. No dudo de la buena voluntad de los programas, pero deberíamos entender más la lógica de por qué se abandona.
Y por qué se fracasa…
Debemos entender que cada uno aprende de formas diferentes. Por eso nosotros intentamos hacer una oferta formativa en función de lo que nos piden. No tenemos un catálogo y ‘si te gusta bien y si no también’. No queremos olvidarnos de los adolescentes, que nos llegan con una fragilidad brutal, descolgados del sistema y de la vida. Ahora estamos trabajando en un sistema de indicadores que nos permita evaluar el éxito más allá del rendimiento académico, que tenga que ver procesos y transiciones. Medir el éxito no puede limitarse a un análisis cuantitativo de aprobados y certificaciones.
Para ti ¿qué es una situación de éxito de tus alumnos? ¿Que encuentren trabajo?
No siempre. Que encuentren, o que tengan un título, son indicadores, pero lo más valioso es que recuperen el deseo de aprender y de hacer cosas. Aprender a no tirar la toalla, a pensar que tienen futuro, a que estén contentos en el sentido profundo de la palabra. Miremos quién continúa estudiando y otros elementos más intangibles vinculados al crecimiento personal. Estamos trabajando con la UAB para medirlos y ofrecer resultados el próximo curso.
Esto requiere una visión de la docencia que va mucho más allá de la instrucción.
No nos consideramos profesores al uso. Trabajamos en muchos espacios de trabajo colectivos para ocupar un buen lugar ante el alumno. Acompañarlos es estar atentos a las cosas con las que vienen y poder hablar; por ejemplo, saber que deben llamar al CSMIJ, que puedan venir con una factura del gas y que sepan que los ayudaremos a buscar ayuda…
Entre los educadores que trabajan en entornos de exclusión suele surgir el debate de si el docente debe extralimitarse. ¿Cuál es para ti el límite?
El límite te lo pone la vida, el vínculo que estableces, la confianza. Estar atento a lo que necesitan. A veces hay que ser contundente, a veces felicitar. Es una posición que está en construcción. Y huimos de todo paternalismo y asistencialismo, a pesar de que nos encontramos con casos graves, de un joven que llega un día con la maleta diciéndote que como ha cumplido 18 años se la han hecho fuera del centro de menores.
De hecho, estamos llegando al final de la entrevista y todavía no hemos hablado específicamente de cómo la pobreza y la exclusión condicionan la vida de estos jóvenes.
Es brutal. Es muy difícil tener la energía para aprender cuando uno está sufriendo de la peor manera. Y muchos, al ver que el mundo es injusto, deciden ir de víctimas. Esto genera conflictos.Los profesores intentamos colaborar con el adolescente para que no sea víctima, que sea responsable de su vida. Y esto ha pasado con crisis y sin crisis. La crisis ha destapado el iceberg, pero yo hace 30 años que estoy en este mundo y la miseria siempre ha sido muy seria.
Da la sensación de que ha conseguido apuntalar su modelo a base de muchas subvenciones y ayudas diferentes.
Somos expertos en ingeniería de las subvenciones. Es totalmente perverso. Hay concursos públicos a la baja: quien hace la oferta económica más barata gana… ¡Es brutal! Entras en competencia con las entidades de tu lado… Y hay entidades que se rebajan, pero se entiende, porque es pura supervivencia. Para huir de este lógica que sustenta una política socioeducativa fragmentada y con calendario administrativo alejado de las necesidades de los jóvenes, hay que construir un modelo nuevo, y nosotros estamos explorando el modelo Escuela de Segunda Oportunidad.
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La escuela El Llindar es un oasis de segundas oportunidades en un país donde el abandono educativo prematuro afecta a uno de cada cinco jóvenes. Este centro de Cornellà, que cuenta con 300 estudiantes, ha sido pionero a la hora de ofrecer un único espacio, flexible y cercano, para todos aquellos alumnos producto del fracaso escolar que acaban perdiéndose en la jungla de la formación postobligatoria, si es que llegan. “Queremos romper con la lógica de programas y cursos pequeños, que buscan la inserción inmediata, y que lo único que hacen es generar itinerarios erráticos”, expone su directora, Begoña Gasch.
Después de toda una trayectoria académica de suspensos y expulsiones, de una orientación formativa casi inexistente, los jóvenes encuentran en este centro tiempo para decidirse, educadores con los que conversar, un auténtico trabajo artesano de reconstrucción de las ganas de aprender. Para hacerlo posible, en El Llindar han conseguido aglutinar toda una serie de itinerarios formativos -una ESO flexible y adaptada, una formación profesional inicial de nivel 1 y nivel 2- bajo un mismo techo. Esto da a los jóvenes, muchos de ellos desarraigados, un espacio de pertenencia ante unos itinerarios de formación postobligatoria sin muchas transiciones y donde, a menudo, no hay nadie que los acompañe, según Gasch.
En El Llindar os habéis autodenominado Escuela de Segunda Oportunidad, un concepto hasta ahora inexistente. ¿En qué consiste?
El nombre es controvertido. Nosotros decimos que la segunda oportunidad es por el sistema, para que haga una oferta educativa digna. Para la persona siempre hay más oportunidades. Lo que hemos hecho es desarrollar una arquitectura que permite ofrecer a estos jóvenes itinerarios formativos personales, flexibles y de continuidad. Los alumnos pasan unos dos o tres años de media por El Llindar, y aquí los acompañamos. El concepto más poderoso para ellos es el de futuro formativo: el recorrido. Rompamos con los itinerarios erráticos. Muchos de ellos vienen aquí preguntando si hacemos cursos, lo que sea. Es igual si haces mecánica, de peluquería… Y esto tiene que acabar. Por eso nos hacemos llamar escuela . Somos un centro educativo en tiempo y espacio. Huimos de la lógica perversa de los cursos y cursillos.
¿Por qué es tan importante que los jóvenes en entornos de exclusión tengan un espacio de formación al finalizar la ESO?
Cuando los jóvenes llegan aquí -muchos lo hacen cuando aún no han terminado la ESO- deben iniciar un proceso para volver a consentir el aprendizaje. Lo primero que hacemos es un despliegue para saber de qué manera -con qué metodología- podemos despertar las ganas de aprender de este joven que viene de un fracaso educativo cronificado. Esto es lo que nos diferencia de una FP estándar, donde este joven acabaría abandonando. Nosotros contamos con él desde el minuto cero: lo escuchamos, miramos qué necesita, qué le interesa, qué lo hace dudar, y a partir de ahí trabajamos. Detrás de las escalofriantes cifras de abandono y fracaso escolar hay jóvenes que sufren.
¿Y qué necesitan? ¿Qué os piden?
Antes de nada, tener un lugar. Han vivido con la sensación de no ser nadie, y los adolescentes no soportan ser anónimos, que nadie los mire… Por ejemplo, los profesores los esperamos fuera para darles los buenos días por la mañana. Intentamos configurar un espacio donde ellos son alguien. Ponemos ante sí un portafolios con diferentes itinerarios de formación que pueden elegir, pero lo más importante es el acompañamiento subjetivo que hacemos. Proponemos itinerarios personalizados, flexibles y más largos. La formación, certificada y de calidad, se alterna con trabajo en espacios laborales reales -una especie de formación profesional dual a medida-. Un buen taller de mecánica o una gran escuela de peluquería no la entendemos sin la parte en que acompañamos el alumno, lo escuchamos, interpretamos sus conductas. Estos son los adolescentes que en el instituto molestan, se hacen expulsar, son disruptivos… Tenemos un sistema que les ha colapsado. Hay alumnos que podrían tener el graduado pero necesitan más tiempo, y la Administración no está dispuesta a dárselo.
Las cifras tan elevadas de abandono educativo prematuro son una clara consecuencia del fracaso escolar.
Hay jóvenes que, cuando les preguntamos por qué vienen al Llindar, nos dicen que aquí es más fácil sacarse el graduado. “Pero ¿para qué lo quieres?”, les pregunto yo. Por sí solo no les servirá para trabajar. Te puedo asegurar que los que se sacan el graduado en junio, en septiembre no están haciendo nada. Lo sé porque vienen y nos lo dicen. El título debe ser una herramienta para seguir formándose. Tenemos jóvenes que han hecho todo el proceso de Imagen y Estética y van a ciclos medios y superiores, y aprueban. ¡Porque los garantizamos tiempo! Son hombres y mujeres que tienen momentos muy difíciles. Ruth abandonó a los 16 años la ESO porque a ella no le interesaba lo que pasaba en la escuela ni la escuela se interesaba por ella. Llegó aquí y ahora está haciendo un ciclo superior, trabaja con nosotros -porque es muy buena en estética- y en otro centro. Este recorrido sería casi impensable para ella en la postobligatoria tal como la conocemos. Aquí les damos confianza.
Este trabajo de acompañamiento que hacer con los alumnos ¿tiene lugar durante los talleres de formación? ¿O busca espacios dedicados a esto?
No tenemos tutorías grupales. El más potente es la conversación personal. Muchos de ellos han sufrido mucho. ¿Cómo acompañas esto? Pues teniendo un clima de conversación y de palabra, a tiempo y a destiempo, asumido por todos los educadores durante los talleres, y este vínculo hace que te pidan hablar. Así el malestar queda en la palabra y no en la conducta.
¿Esto requiere más sensibilidad entre el profesorado?
Esto requiere un esfuerzo que tiene que ver con el deseo real. A mí me preocupa realmente lo que les pasa. Es muy importante escucharlos cuando toca, a veces que te digan una sola palabra, pero que no sean anónimos. Y todos los profesores tienen esta actitud. Ayer un alumno de Ecuador protagonizó una escena muy difícil porque había perdido dos amigos en el terremoto de su país, y me decía: “¡Es que no sé llorar!”. Pues tendrá que llorar por muchas cosas en la vida, y eso no lo podemos obviar. Tendremos que acompañarlos, poner palabras para que construyan su propia narrativa.
¿Por qué consideras que en Cataluña hay un nivel tan elevado de fracaso y abandono escolar?
¡El sistema fracasa! Y entonces los jóvenes abandonan. Fracasa porque es inflexible, estándar y protocolario, y no da lugar a la particularidad de los jóvenes. La escuela da por supuesto que todos los niños tienen ganas de estudiar, y esto no es así. Y no porque no quieran. Tenemos un sistema homogéneo. Todos tenemos que hacer lo mismo, de la misma manera. Y además lo sabemos… Por tanto, debemos transgredir. Nosotros a veces, cuando están cruzados, les decimos: “Ve a casa, te lo piensas y a las tres vuelve y hablamos”. ¡Esto en un instituto es impensable! ¿Cuántos partes deberían hacer para esto? Volvemos a hablar del tiempo. Es otro universo de trabajo. El sistema quiere que todos entren a la misma hora. Hay una chica de 14 años que tiene problemas en casa y viene media hora más tarde, porque necesita que algún adulto la pueda mirar y decirle: “Buenos días”.
Este grado de personalización es difícil de conseguir en un sistema que mueve miles de alumnos, pero quizás una escuela más inclusiva desde sus inicios evitaría que muchos jóvenes necesitaran espacios como El Llindar.
Si desde la Primaria se trabajara de la mejor manera no habría que esperar a que a los 14 años salieran de la peor manera. Hablamos de alumnos que necesitan otra mirada: para conseguirlo, habría que cambiar mucho la escuela ordinaria. Se puede intentar. Siempre pongo como ejemplo el Centro de Alto Rendimiento (CAR) de Sant Cugat. Allí hay jóvenes con unas necesidades educativas particulares y les hacen todo tipo de adaptaciones, nadie se cuestiona cuánto dinero destinamos ni qué exámenes hacen. ¿Se puede tratar a los chicos y chicas uno por uno en un aula de 35? No lo sé. Pero sí sé que puedes estar en una ratio de un profesor por un alumno y, sin embargo, no hacer necesariamente una educación personalizada.
Da la sensación de que para combatir el abandono escolar hemos dedicado muchos esfuerzos para muchos programas muy diferentes con financiaciones muy diversos… Pero sin un modelo concreto.
Completamente. No dudo de la buena voluntad de los programas, pero deberíamos entender más la lógica de por qué se abandona.
Y por qué se fracasa…
Debemos entender que cada uno aprende de formas diferentes. Por eso nosotros intentamos hacer una oferta formativa en función de lo que nos piden. No tenemos un catálogo y ‘si te gusta bien y si no también’. No queremos olvidarnos de los adolescentes, que nos llegan con una fragilidad brutal, descolgados del sistema y de la vida. Ahora estamos trabajando en un sistema de indicadores que nos permita evaluar el éxito más allá del rendimiento académico, que tenga que ver procesos y transiciones. Medir el éxito no puede limitarse a un análisis cuantitativo de aprobados y certificaciones.
Para ti ¿qué es una situación de éxito de tus alumnos? ¿Que encuentren trabajo?
No siempre. Que encuentren, o que tengan un título, son indicadores, pero lo más valioso es que recuperen el deseo de aprender y de hacer cosas. Aprender a no tirar la toalla, a pensar que tienen futuro, a que estén contentos en el sentido profundo de la palabra. Miremos quién continúa estudiando y otros elementos más intangibles vinculados al crecimiento personal. Estamos trabajando con la UAB para medirlos y ofrecer resultados el próximo curso.
Esto requiere una visión de la docencia que va mucho más allá de la instrucción.
No nos consideramos profesores al uso. Trabajamos en muchos espacios de trabajo colectivos para ocupar un buen lugar ante el alumno. Acompañarlos es estar atentos a las cosas con las que vienen y poder hablar; por ejemplo, saber que deben llamar al CSMIJ, que puedan venir con una factura del gas y que sepan que los ayudaremos a buscar ayuda…
Entre los educadores que trabajan en entornos de exclusión suele surgir el debate de si el docente debe extralimitarse. ¿Cuál es para ti el límite?
El límite te lo pone la vida, el vínculo que estableces, la confianza. Estar atento a lo que necesitan. A veces hay que ser contundente, a veces felicitar. Es una posición que está en construcción. Y huimos de todo paternalismo y asistencialismo, a pesar de que nos encontramos con casos graves, de un joven que llega un día con la maleta diciéndote que como ha cumplido 18 años se la han hecho fuera del centro de menores.
De hecho, estamos llegando al final de la entrevista y todavía no hemos hablado específicamente de cómo la pobreza y la exclusión condicionan la vida de estos jóvenes.
Es brutal. Es muy difícil tener la energía para aprender cuando uno está sufriendo de la peor manera. Y muchos, al ver que el mundo es injusto, deciden ir de víctimas. Esto genera conflictos.Los profesores intentamos colaborar con el adolescente para que no sea víctima, que sea responsable de su vida. Y esto ha pasado con crisis y sin crisis. La crisis ha destapado el iceberg, pero yo hace 30 años que estoy en este mundo y la miseria siempre ha sido muy seria.
Da la sensación de que ha conseguido apuntalar su modelo a base de muchas subvenciones y ayudas diferentes.
Somos expertos en ingeniería de las subvenciones. Es totalmente perverso. Hay concursos públicos a la baja: quien hace la oferta económica más barata gana… ¡Es brutal! Entras en competencia con las entidades de tu lado… Y hay entidades que se rebajan, pero se entiende, porque es pura supervivencia. Para huir de este lógica que sustenta una política socioeducativa fragmentada y con calendario administrativo alejado de las necesidades de los jóvenes, hay que construir un modelo nuevo, y nosotros estamos explorando el modelo Escuela de Segunda Oportunidad.
Un artículo de Aránzazu Ibáñez, pedagoga.
Las motivaciones y las expectativas que posean nuestros estudiantes, es base fundamental para lograr su atención en las clases. Aránzazu Ibáñez, tomando como fuente “Papel de la motivación en el aprendizaje”, en su blog Cerebro Adolescente, nos ofrece importantes puntos de reflexión como los dos tipos de motivación y 19 estrategias para mejorar la motivación.
Recomendamos complementar este artículo con “Motivar a los alumnos y enseñarles a motivarse” de José Escaño y María Gil de la Serna, para conocer mejor el cómo lograr el aprendizaje de nuestros alumnos e incluso el motivarnos nosotros mismos.
LA IMPORTANCIA DE LA MOTIVACIÓN EN EL APRENDIZAJE
La motivación es lo que mueve a la persona en una dirección y con una finalidad determinada; es la disposición al esfuerzo mantenido por conseguir una meta. Constituye, por tanto, un factor que condiciona la capacidad para aprender. Al igual que los intereses, depende en parte de la historia de éxitos y fracasos anteriores de la persona pero también del hecho de que los contenidos que se ofrezcan para el aprendizaje tengan significado lógico y sean funcionales.
En la motivación que un alumno llegue a tener desempeña un papel fundamental la atención y el refuerzo social que del adulto (profesor, padres…) reciba. Por eso son importantes las expectativas que los adultos manifiestan hacia el individuo y las oportunidades de éxito que se le ofrezcan.
Además hay que considerar la motivación como una amplia capacidad que precisa enseñar valores superiores como la satisfacción por el trabajo bien hecho, la superación personal, la autonomía y la libertad que da el conocimiento,…También, la motivación es una cuestión de procedimientos que implica un trabajo importante, utilizar autoinstrucciones, relacionar contenidos, trabajar en equipo, etc.
Y por último, exige conocimiento sobre el riesgo que se corre en caso de fracasar en el intento o por el contrario, y más importante, la satisfacción que supone la obtención del éxito.
DOS TIPOS DE MOTIVACIÓN
Motivación intrínseca que hace referencia a que la meta que persigue el sujeto es la experiencia del sentimiento de competencia y autodeterminación que produce la realización misma de la tarea y no depende de recompensas externas. Es el caso del niño que aprende la lista de jugadores de un equipo de fútbol porque realmente le llama la atención, le motiva, significa algo para él, y lo hace sin pretender ninguna recompensa, la aprende porque sí.
Motivación extrínseca que estaría relacionada con la realización de la tarea para conseguir un premio o evitar un castigo. Como cuando un hijo ordena su habitación con el único fin de salir antes con los amigos y no porque realmente es necesario estar en un espacio ordenado porque resulta más cómodo. O como cuando hacen un recado para acercarse al quiosco y comprarse alguna golosina,
ALONSO TAPIA en “Desarrollo Psicológico y Educación” de COLL, PALACIOS y MARCHESI, 1992 de Alianza Editorial, ha comprobado además que las personas con motivación intrínseca tienden a atribuir los éxitos a causas internas como la competencia y el esfuerzo, mientras que los individuos con motivación extrínseca tienden a hacerlo a causas externas, como el azar o las características de la tarea,con lo que estos chicos no se consideran capaces de controlar la consecución de las metas que persiguen.
Por todo lo anterior es importante destacar que la educación no debe limitarse a transmitir conocimientos, sino que debe además ser capaz de transmitir valores y actitudes positivas hacia la actividad escolar.
Además debemos apuntar que los sujetos con alta motivación persisten más en la tarea y por tanto es más probable que alcancen sus metas, hacen juicios independientes y se proponen retos sopesando cuidadosamente sus posibilidades de éxito, y el propio éxito alcanzado refuerza su forma adecuada de afrontar las tareas. Los profesores saben que la motivación es consecuencia de la historia de aprendizaje. Hay que promover la motivación intrínseca, el proceso es interactivo,…
JOSÉ ESCAÑO AGUAYO y Mª GIL DE LA SERNA LEIRA en “Motivar a los alumnos y enseñarles a motivarse” publicado en “Aula de innovación educativa” nº 101 de mayo de 2001 afirman que la desmotivación está en la base del fracaso escolar y, con frecuencia también, en los problemas de disciplina. Los problemas de motivación en el aula tienen difícil solución.
En el ámbito familiar podemos llegar a citar tres aspectos que tienen una influencia destacada en la motivación escolar de los hijos como son a) su actitud ante el conocimiento y la escuela, b) el tipo de relación afectiva que establece con su hijo, y c) las destrezas y habilidades que despliega para motivarle y ayudarle en el trabajo escolar.
ESTRATEGIAS PARA MEJORAR LA MOTIVACIÓN
Curriculum y aprendizaje: un modelo de diseño curricular de aula en el marco de la reforma de Martiniano Román Pérez, Eloísa Díez López,Navarra, Dirección Provincial del M.E.C. , Unidad de Programas Educativos, D.L. 1989.ISBN 84-505-8676-3
1 - Evitar las críticas negativas ante los intentos de colaboración de los alumnos.
2 - Estructurar la docencia en el aula de forma no excesivamente autoritaria mezclando la directividad con la aceptación de las decisiones de los alumnos.
3 - Programar trabajos en grupo o sesiones donde cada alumno pueda colaborar según su nivel.
4 - Valorar positivamente los comportamientos de trabajo o de estudio o en su defecto las aproximaciones.
5 - El reconocimiento del éxito de un alumno o de un grupo de alumnos motiva más que el reconocimiento del fracaso y si aquel es público mejor.
6 - Conocer las causas del éxito o el fracaso en una tarea determinada aumenta la motivación intrínseca.
7 - El aprendizaje significativo crea motivación, no ocurre lo mismo con el aprendizaje memorístico y repetitivo.
8 - Programar los contenidos y enseñarlos de forma que los alumnos puedan comprenderlos y aplicarlos con un nivel medio de dificultad.
9 - Cuidar de que los alumnos con un bajo nivel de motivación consigan pequeños éxitos académicos para que aspiren en un futuro próximo hacia metas que exigen esfuerzos superiores.
10 - Tener presente que los alumnos con baja motivación, en un principio suelen manifestar cierta resistencia a abandonar su deficiente situación motivacional puesto que temen que el posible cambio pueda aumentar su, ya de por sí, precaria situación.
11 - Fomentar el trabajo cooperativo frente al competitivo.
12 - Presentar tareas asequibles a las posibilidades de los alumnos.
13 - Programar las actividades de la clase de forma que los alumnos puedan frecuentemente tomar decisiones. El profesor que da autonomía en el trabajo promueve la motivación de logro y la autoestima, aumentando así la motivación intrínseca.
14 - Promover actividades en las que los riesgos de fracaso son moderados.
15 - No exigir, dentro de lo posible, un programa que sólo se puede aprobar con un alto nivel de dedicación al estudio, puesto que los alumnos poco motivados no están dispuestos a dedicar dicho esfuerzo.
16 - Llevar la clase con un nivel medio de ansiedad y evitar las situaciones extremas de máxima ansiedad o de aburrimiento.
17 - Programar sesiones de diálogo por grupos de manera que los alumnos menos motivados puedan expresar sus opiniones sin miedo a ser rechazados por sus compañeros.
18 - Realizar actividades o trabajos fáciles para los alumnos poco motivados, de manera que pueda valorar sus éxitos y su relativa dedicación.
19 - Las tareas creativas son más motivantes que las repetitivas.
Concluyendo este tema tan amplio y difícil como es el de la motivación añado un cuestionario de JOSÉ ESCAÑO AGUAYO y Mª GIL DE LA SERNA LEIRA para que la familia pueda autoevaluar su actitud hacia la motivación de los hijos, y saber si motivan o no correctamente y si influyen de forma decisiva en una correcta motivación hacia el aprendizaje en los hijos. ¿Favorecemos el que nuestros hijos estén motivados por el trabajo del colegio? publicado en “Aula de Innovación Educativa”, nº 95 de octubre de 2000.
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Las motivaciones y las expectativas que posean nuestros estudiantes, es base fundamental para lograr su atención en las clases. Aránzazu Ibáñez, tomando como fuente “Papel de la motivación en el aprendizaje”, en su blog Cerebro Adolescente, nos ofrece importantes puntos de reflexión como los dos tipos de motivación y 19 estrategias para mejorar la motivación.
Recomendamos complementar este artículo con “Motivar a los alumnos y enseñarles a motivarse” de José Escaño y María Gil de la Serna, para conocer mejor el cómo lograr el aprendizaje de nuestros alumnos e incluso el motivarnos nosotros mismos.
LA IMPORTANCIA DE LA MOTIVACIÓN EN EL APRENDIZAJE
La motivación es lo que mueve a la persona en una dirección y con una finalidad determinada; es la disposición al esfuerzo mantenido por conseguir una meta. Constituye, por tanto, un factor que condiciona la capacidad para aprender. Al igual que los intereses, depende en parte de la historia de éxitos y fracasos anteriores de la persona pero también del hecho de que los contenidos que se ofrezcan para el aprendizaje tengan significado lógico y sean funcionales.
En la motivación que un alumno llegue a tener desempeña un papel fundamental la atención y el refuerzo social que del adulto (profesor, padres…) reciba. Por eso son importantes las expectativas que los adultos manifiestan hacia el individuo y las oportunidades de éxito que se le ofrezcan.
Además hay que considerar la motivación como una amplia capacidad que precisa enseñar valores superiores como la satisfacción por el trabajo bien hecho, la superación personal, la autonomía y la libertad que da el conocimiento,…También, la motivación es una cuestión de procedimientos que implica un trabajo importante, utilizar autoinstrucciones, relacionar contenidos, trabajar en equipo, etc.
Y por último, exige conocimiento sobre el riesgo que se corre en caso de fracasar en el intento o por el contrario, y más importante, la satisfacción que supone la obtención del éxito.
DOS TIPOS DE MOTIVACIÓN
Motivación intrínseca que hace referencia a que la meta que persigue el sujeto es la experiencia del sentimiento de competencia y autodeterminación que produce la realización misma de la tarea y no depende de recompensas externas. Es el caso del niño que aprende la lista de jugadores de un equipo de fútbol porque realmente le llama la atención, le motiva, significa algo para él, y lo hace sin pretender ninguna recompensa, la aprende porque sí.
Motivación extrínseca que estaría relacionada con la realización de la tarea para conseguir un premio o evitar un castigo. Como cuando un hijo ordena su habitación con el único fin de salir antes con los amigos y no porque realmente es necesario estar en un espacio ordenado porque resulta más cómodo. O como cuando hacen un recado para acercarse al quiosco y comprarse alguna golosina,
ALONSO TAPIA en “Desarrollo Psicológico y Educación” de COLL, PALACIOS y MARCHESI, 1992 de Alianza Editorial, ha comprobado además que las personas con motivación intrínseca tienden a atribuir los éxitos a causas internas como la competencia y el esfuerzo, mientras que los individuos con motivación extrínseca tienden a hacerlo a causas externas, como el azar o las características de la tarea,con lo que estos chicos no se consideran capaces de controlar la consecución de las metas que persiguen.
Por todo lo anterior es importante destacar que la educación no debe limitarse a transmitir conocimientos, sino que debe además ser capaz de transmitir valores y actitudes positivas hacia la actividad escolar.
Además debemos apuntar que los sujetos con alta motivación persisten más en la tarea y por tanto es más probable que alcancen sus metas, hacen juicios independientes y se proponen retos sopesando cuidadosamente sus posibilidades de éxito, y el propio éxito alcanzado refuerza su forma adecuada de afrontar las tareas. Los profesores saben que la motivación es consecuencia de la historia de aprendizaje. Hay que promover la motivación intrínseca, el proceso es interactivo,…
JOSÉ ESCAÑO AGUAYO y Mª GIL DE LA SERNA LEIRA en “Motivar a los alumnos y enseñarles a motivarse” publicado en “Aula de innovación educativa” nº 101 de mayo de 2001 afirman que la desmotivación está en la base del fracaso escolar y, con frecuencia también, en los problemas de disciplina. Los problemas de motivación en el aula tienen difícil solución.
En el ámbito familiar podemos llegar a citar tres aspectos que tienen una influencia destacada en la motivación escolar de los hijos como son a) su actitud ante el conocimiento y la escuela, b) el tipo de relación afectiva que establece con su hijo, y c) las destrezas y habilidades que despliega para motivarle y ayudarle en el trabajo escolar.
ESTRATEGIAS PARA MEJORAR LA MOTIVACIÓN
Curriculum y aprendizaje: un modelo de diseño curricular de aula en el marco de la reforma de Martiniano Román Pérez, Eloísa Díez López,Navarra, Dirección Provincial del M.E.C. , Unidad de Programas Educativos, D.L. 1989.ISBN 84-505-8676-3
1 - Evitar las críticas negativas ante los intentos de colaboración de los alumnos.
2 - Estructurar la docencia en el aula de forma no excesivamente autoritaria mezclando la directividad con la aceptación de las decisiones de los alumnos.
3 - Programar trabajos en grupo o sesiones donde cada alumno pueda colaborar según su nivel.
4 - Valorar positivamente los comportamientos de trabajo o de estudio o en su defecto las aproximaciones.
5 - El reconocimiento del éxito de un alumno o de un grupo de alumnos motiva más que el reconocimiento del fracaso y si aquel es público mejor.
6 - Conocer las causas del éxito o el fracaso en una tarea determinada aumenta la motivación intrínseca.
7 - El aprendizaje significativo crea motivación, no ocurre lo mismo con el aprendizaje memorístico y repetitivo.
8 - Programar los contenidos y enseñarlos de forma que los alumnos puedan comprenderlos y aplicarlos con un nivel medio de dificultad.
9 - Cuidar de que los alumnos con un bajo nivel de motivación consigan pequeños éxitos académicos para que aspiren en un futuro próximo hacia metas que exigen esfuerzos superiores.
10 - Tener presente que los alumnos con baja motivación, en un principio suelen manifestar cierta resistencia a abandonar su deficiente situación motivacional puesto que temen que el posible cambio pueda aumentar su, ya de por sí, precaria situación.
11 - Fomentar el trabajo cooperativo frente al competitivo.
12 - Presentar tareas asequibles a las posibilidades de los alumnos.
13 - Programar las actividades de la clase de forma que los alumnos puedan frecuentemente tomar decisiones. El profesor que da autonomía en el trabajo promueve la motivación de logro y la autoestima, aumentando así la motivación intrínseca.
14 - Promover actividades en las que los riesgos de fracaso son moderados.
15 - No exigir, dentro de lo posible, un programa que sólo se puede aprobar con un alto nivel de dedicación al estudio, puesto que los alumnos poco motivados no están dispuestos a dedicar dicho esfuerzo.
16 - Llevar la clase con un nivel medio de ansiedad y evitar las situaciones extremas de máxima ansiedad o de aburrimiento.
17 - Programar sesiones de diálogo por grupos de manera que los alumnos menos motivados puedan expresar sus opiniones sin miedo a ser rechazados por sus compañeros.
18 - Realizar actividades o trabajos fáciles para los alumnos poco motivados, de manera que pueda valorar sus éxitos y su relativa dedicación.
19 - Las tareas creativas son más motivantes que las repetitivas.
Concluyendo este tema tan amplio y difícil como es el de la motivación añado un cuestionario de JOSÉ ESCAÑO AGUAYO y Mª GIL DE LA SERNA LEIRA para que la familia pueda autoevaluar su actitud hacia la motivación de los hijos, y saber si motivan o no correctamente y si influyen de forma decisiva en una correcta motivación hacia el aprendizaje en los hijos. ¿Favorecemos el que nuestros hijos estén motivados por el trabajo del colegio? publicado en “Aula de Innovación Educativa”, nº 95 de octubre de 2000.
Hace falta un debate de fondo sobre cómo enseñar y aprender, más allá de vaivenes legislativos. Un rector, un docente y una estudiante reflexionan sobre cómo mejorar.
España encabeza la lista de Europa en abandono educativo temprano y no brilla en los exámenes internacionales. EL PAÍS ha reunido al rector de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), Alejandro Tiana; Víctor Bermúdez, profesor de Filosofía en un instituto de Mérida y Pilar Mera, estudiante de doctorado en Ciencias Políticas de la Complutense para tratar de entender qué le pasa a la educación en España, más allá de cambios legislativos y propuestas electorales.
EL PROFESOR
Víctor Bermúdez. En secundaria se ve todos los días. El nivel de desconexión de los chicos respecto a lo que enseñas está íntimamente ligado con tu consideración con sus intereses reales. No puedes entrar en clase y decir: “Hoy toca el tema 26, abran el libro por la página 33…”, si ni siquiera los has mirado a la cara. No se trata de votar el plan de estudios, pero no puedes llegar como una centralita de información. Eso es estéril, un simulacro educativo.
Alejandro Tiana. Uno de los dramas de la escuela es la falta de interés y motivación de los estudiantes. Y parece que no lo considerásemos, solo les pedimos que se esfuercen. La escuela puede enseñar muchísimas cosas y da pena que a veces sus efectos sean tan pequeños.
V. B. Yo les veo cada día con una gran capacidad de renovarse. A las 8.00 entran con su mochila, a toque de sirena como los obreros, y con el entusiasmo de “puede que hoy pase algo estimulante”. Pero a las dos o tres horas se les caen los palos de sombrajo. “Ah, esto es un simulacro, no pasa nada”. Unos hacen que aprenden y otros que enseñan. Desde las ocho hasta las dos de la tarde sin salir casi para nada. No conozco ningún funcionario que haga eso. A veces lo único real son las pequeñas bromas, las indisciplinas.
Pilar Mera. Me estabas recordando a los profesores que más me marcaron en la vida. Sabían de lo que hablaban y estaban muy bien preparados. Era gente a la que le gustaba mucho lo que hacía. A lo mejor habría que revisar el filtro de entrada de los profesores, la importancia que les damos. Tengo compañeros que no saben a qué dedicarse y dicen: “Voy a hacer oposiciones de secundaria”.
EL SISTEMA
A. T. A la educación le sobra rigidez. Tenemos un sistema educativo muy pautado, que no estimula suficientemente la capacidad de imaginación y de creación en profesores y en alumnos.
P. M. Todo el mundo habla de educación todo el rato, pero al final parece que nadie sabe qué hace cuando cambiamos planes o maneras. Te encuentras un montón de problemas del día a día en los que nadie repara. Y piensas: ¿Quién creó este plan? ¿En qué estaban pensando? Víctor, ¿tú crees que cuando hacen un plan de estudio cuentan con lo que tú necesitas?
V. B. Lo que necesito yo, lo dudo. Pero sobre todo con lo que no cuentan es con lo que necesitan los alumnos, ni siquiera les preguntan. No he visto jamás un plan de estudios que haya contado con su opinión y se supone que son los protagonistas. No hay muchos decentes que compartan la programación o las actividades con sus estudiantes.
LOS DEBERES
V. B. Cuando digo a los compañeros que a los chicos les encanta aprender y no necesitan exámenes, se ríen de mí. Yo me callo, pero no me convencen. Los exámenes y los deberes no son la manera adecuada de guiarles, no pueden ser la espina dorsal. Los chicos quieren educarse pero en cosas que les interesen de verdad. Aristóteles decía que el hombre por naturaleza ama el conocimiento. Imaginad que os hicieran exámenes de amor, que evaluaran la calidad de vuestros besos, no daríais ninguno con autenticidad. Pues eso son los exámenes. Cada semana le dices: no me fío de ti, demuéstrame que de verdad quieres aprender.
A. T. A veces, me quedo hasta las tantas en casa con algo, no porque me pongan deberes, me los pongo yo. Hay cuestiones que te apasionan aunque te exijan un esfuerzo y a los chicos les pasa igual. Concebimos los deberes más como un castigo.
V. B. Platón decía en La República que la única forma de enseñar a un niño es jugando .
P. M. Distinguís entre una cosa o la otra, o juegas o pasas tres horas atado a la silla. Evidentemente, no puede ser que un niño pequeño salga del colegio y toda su tarde sea hacer deberes un día tras otro. Pero la escuela enseña disciplina. Y hay cuestiones que hay que repetir para aprenderlas, como un comentario de texto. Y para eso no siempre hay tiempo en clase.
LA UNIVERSIDAD
P. M. Otra pregunta típica es si tiene que formar para el mundo laboral o no. A mí sí me parece que saber y disfrutar aprendiendo es muy importante y no todo tiene que tener una traducción práctica. Parece que lo que hay que investigar es lo que tiene que ver con las ciencias aplicadas. Y sociales y humanidades no importan. Hay que reivindicarlas.
A. T. El trabajo es una componente muy importante de la persona, desarrollamos cosas de nosotros mismos. Es uno de los problemas que me preocupa del desempleo juvenil. No podemos dejarlo de lado, pero eso no quiere decir que formemos a la gente para tal posición a la que estaba casi predeterminado en el mercado laboral. También sería equívoco enseñar algo a alguien que le apasione y luego decirle que no puede dedicarse a ello. No significa que la universidad esté al servicio del mercado laboral. Es una cuestión de equilibrio.
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España encabeza la lista de Europa en abandono educativo temprano y no brilla en los exámenes internacionales. EL PAÍS ha reunido al rector de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), Alejandro Tiana; Víctor Bermúdez, profesor de Filosofía en un instituto de Mérida y Pilar Mera, estudiante de doctorado en Ciencias Políticas de la Complutense para tratar de entender qué le pasa a la educación en España, más allá de cambios legislativos y propuestas electorales.
EL PROFESOR
Víctor Bermúdez. En secundaria se ve todos los días. El nivel de desconexión de los chicos respecto a lo que enseñas está íntimamente ligado con tu consideración con sus intereses reales. No puedes entrar en clase y decir: “Hoy toca el tema 26, abran el libro por la página 33…”, si ni siquiera los has mirado a la cara. No se trata de votar el plan de estudios, pero no puedes llegar como una centralita de información. Eso es estéril, un simulacro educativo.
Alejandro Tiana. Uno de los dramas de la escuela es la falta de interés y motivación de los estudiantes. Y parece que no lo considerásemos, solo les pedimos que se esfuercen. La escuela puede enseñar muchísimas cosas y da pena que a veces sus efectos sean tan pequeños.
V. B. Yo les veo cada día con una gran capacidad de renovarse. A las 8.00 entran con su mochila, a toque de sirena como los obreros, y con el entusiasmo de “puede que hoy pase algo estimulante”. Pero a las dos o tres horas se les caen los palos de sombrajo. “Ah, esto es un simulacro, no pasa nada”. Unos hacen que aprenden y otros que enseñan. Desde las ocho hasta las dos de la tarde sin salir casi para nada. No conozco ningún funcionario que haga eso. A veces lo único real son las pequeñas bromas, las indisciplinas.
Pilar Mera. Me estabas recordando a los profesores que más me marcaron en la vida. Sabían de lo que hablaban y estaban muy bien preparados. Era gente a la que le gustaba mucho lo que hacía. A lo mejor habría que revisar el filtro de entrada de los profesores, la importancia que les damos. Tengo compañeros que no saben a qué dedicarse y dicen: “Voy a hacer oposiciones de secundaria”.
EL SISTEMA
A. T. A la educación le sobra rigidez. Tenemos un sistema educativo muy pautado, que no estimula suficientemente la capacidad de imaginación y de creación en profesores y en alumnos.
P. M. Todo el mundo habla de educación todo el rato, pero al final parece que nadie sabe qué hace cuando cambiamos planes o maneras. Te encuentras un montón de problemas del día a día en los que nadie repara. Y piensas: ¿Quién creó este plan? ¿En qué estaban pensando? Víctor, ¿tú crees que cuando hacen un plan de estudio cuentan con lo que tú necesitas?
V. B. Lo que necesito yo, lo dudo. Pero sobre todo con lo que no cuentan es con lo que necesitan los alumnos, ni siquiera les preguntan. No he visto jamás un plan de estudios que haya contado con su opinión y se supone que son los protagonistas. No hay muchos decentes que compartan la programación o las actividades con sus estudiantes.
LOS DEBERES
V. B. Cuando digo a los compañeros que a los chicos les encanta aprender y no necesitan exámenes, se ríen de mí. Yo me callo, pero no me convencen. Los exámenes y los deberes no son la manera adecuada de guiarles, no pueden ser la espina dorsal. Los chicos quieren educarse pero en cosas que les interesen de verdad. Aristóteles decía que el hombre por naturaleza ama el conocimiento. Imaginad que os hicieran exámenes de amor, que evaluaran la calidad de vuestros besos, no daríais ninguno con autenticidad. Pues eso son los exámenes. Cada semana le dices: no me fío de ti, demuéstrame que de verdad quieres aprender.
A. T. A veces, me quedo hasta las tantas en casa con algo, no porque me pongan deberes, me los pongo yo. Hay cuestiones que te apasionan aunque te exijan un esfuerzo y a los chicos les pasa igual. Concebimos los deberes más como un castigo.
V. B. Platón decía en La República que la única forma de enseñar a un niño es jugando .
P. M. Distinguís entre una cosa o la otra, o juegas o pasas tres horas atado a la silla. Evidentemente, no puede ser que un niño pequeño salga del colegio y toda su tarde sea hacer deberes un día tras otro. Pero la escuela enseña disciplina. Y hay cuestiones que hay que repetir para aprenderlas, como un comentario de texto. Y para eso no siempre hay tiempo en clase.
LA UNIVERSIDAD
P. M. Otra pregunta típica es si tiene que formar para el mundo laboral o no. A mí sí me parece que saber y disfrutar aprendiendo es muy importante y no todo tiene que tener una traducción práctica. Parece que lo que hay que investigar es lo que tiene que ver con las ciencias aplicadas. Y sociales y humanidades no importan. Hay que reivindicarlas.
A. T. El trabajo es una componente muy importante de la persona, desarrollamos cosas de nosotros mismos. Es uno de los problemas que me preocupa del desempleo juvenil. No podemos dejarlo de lado, pero eso no quiere decir que formemos a la gente para tal posición a la que estaba casi predeterminado en el mercado laboral. También sería equívoco enseñar algo a alguien que le apasione y luego decirle que no puede dedicarse a ello. No significa que la universidad esté al servicio del mercado laboral. Es una cuestión de equilibrio.
Un artículo de Celia Rodríguez Ruiz, psicóloga y pedagoga.
Fracaso escolar: Se acercan las vacaciones de verano, con las vacaciones además del calor, el descanso y los días de juegos y piscina, vienen las notas, las calificaciones escolares. Después de todo un curso estudiando y trabajando, llegan las esperadas y temidas calificaciones que nos dan una puntuación de lo que ha conseguido durante los meses anteriores. Cuando las calificaciones son positivas, es motivo de alegría y satisfacción, en cambio cuando éstas son negativas, y tenemos malas notas y el llamado fracaso escolar, es motivo de preocupación para las familias y un reto para los estudiantes.
¿Qué hay detrás de las malas notas y el fracaso escolar?
Las notas, o calificaciones escolares, suponen una valoración de los objetivos alcanzados durante el curso. Es una “medición” de lo que el alumno o alumna, ha logrado aprender. Dejando a un lado la reflexión sobre la dificultad de medir los aprendizajes, al menos de manera cuantitativa, podemos decir que las notas suponen el nivel alcanzado por cada alumno.
Cuando los alumnos y alumnas obtienen buenas calificaciones, podemos confirmar que han aprendido durante el curso y que han adquirido los conocimientos que se espera para su edad, curso y nivel. En cambio, cuando obtienen bajas calificaciones podemos deducir que por algún motivo los estudiantes no han construido los aprendizajes esperados para su etapa, edad y nivel.
Detrás de las malas notas y el fracaso escolar hay un estudiante que no ha aprendido. La siguiente cuestión ahora, es saber porque no ha logrado aprender eso:
* Por fallos en el sistema de enseñanza.
* Por dificultades de aprendizaje.
* Debido a una falta de hábito de estudio y escasas estrategias de aprendizaje.
* Debido a algún tipo de problema que genera malestar emocional y por lo tanto infiere en las malas notas, (problemas con los compañeros, problemas familiares, etc.).
* Por falta de interés y de motivación.
Cuando nuestro hijo o hija llega a casa con malas notas, nos surgen muchos interrogantes ante los que nos es fácil reaccionar. ¿Qué debemos hacer? ¿es bueno que repita o mejor que pase de curso? ¿Necesita un profesor particular? ¿Tenemos que castigarles?
1.- En primer lugar trata de averiguar la causa de las malas notas y actúa sobre ella. No es igual suspender por que no se tiene hábito de estudio, por no entenderlo, por una dificultad de aprendizaje, etc.
2.- Ayúdales a organizarse y programarse su estudio. Elabora con ellos un horario donde establezcáis un horario de estudio, unos objetivos semanales y donde podáis llevar un seguimiento.
3.- En lugar de castigos, piensa en transformarlo por una consecuencia lógica en un plan para lograr el objetivo fijado.
4.- Ayúdale a ir evaluando los contenidos que van adquiriendo, de este modo les hacemos responsables con su aprendizaje y les motivamos para seguir por el mismo camino, que teníamos pautado.
5.- Si lo consideras necesario, puedes buscar la ayuda de un profesor particular o una academia. Pueden ayudarle a desarrollar técnicas de estudio y estrategias de aprendizaje más efectivas.
Pon la atención en el proceso y no en los resultados. Es decir, se trata de potenciar su aprendizaje y mejorar su competencia de aprender a aprender.
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Fracaso escolar: Se acercan las vacaciones de verano, con las vacaciones además del calor, el descanso y los días de juegos y piscina, vienen las notas, las calificaciones escolares. Después de todo un curso estudiando y trabajando, llegan las esperadas y temidas calificaciones que nos dan una puntuación de lo que ha conseguido durante los meses anteriores. Cuando las calificaciones son positivas, es motivo de alegría y satisfacción, en cambio cuando éstas son negativas, y tenemos malas notas y el llamado fracaso escolar, es motivo de preocupación para las familias y un reto para los estudiantes.
¿Qué hay detrás de las malas notas y el fracaso escolar?
Las notas, o calificaciones escolares, suponen una valoración de los objetivos alcanzados durante el curso. Es una “medición” de lo que el alumno o alumna, ha logrado aprender. Dejando a un lado la reflexión sobre la dificultad de medir los aprendizajes, al menos de manera cuantitativa, podemos decir que las notas suponen el nivel alcanzado por cada alumno.
Cuando los alumnos y alumnas obtienen buenas calificaciones, podemos confirmar que han aprendido durante el curso y que han adquirido los conocimientos que se espera para su edad, curso y nivel. En cambio, cuando obtienen bajas calificaciones podemos deducir que por algún motivo los estudiantes no han construido los aprendizajes esperados para su etapa, edad y nivel.
Detrás de las malas notas y el fracaso escolar hay un estudiante que no ha aprendido. La siguiente cuestión ahora, es saber porque no ha logrado aprender eso:
* Por fallos en el sistema de enseñanza.
* Por dificultades de aprendizaje.
* Debido a una falta de hábito de estudio y escasas estrategias de aprendizaje.
* Debido a algún tipo de problema que genera malestar emocional y por lo tanto infiere en las malas notas, (problemas con los compañeros, problemas familiares, etc.).
* Por falta de interés y de motivación.
Cuando nuestro hijo o hija llega a casa con malas notas, nos surgen muchos interrogantes ante los que nos es fácil reaccionar. ¿Qué debemos hacer? ¿es bueno que repita o mejor que pase de curso? ¿Necesita un profesor particular? ¿Tenemos que castigarles?
1.- En primer lugar trata de averiguar la causa de las malas notas y actúa sobre ella. No es igual suspender por que no se tiene hábito de estudio, por no entenderlo, por una dificultad de aprendizaje, etc.
2.- Ayúdales a organizarse y programarse su estudio. Elabora con ellos un horario donde establezcáis un horario de estudio, unos objetivos semanales y donde podáis llevar un seguimiento.
3.- En lugar de castigos, piensa en transformarlo por una consecuencia lógica en un plan para lograr el objetivo fijado.
4.- Ayúdale a ir evaluando los contenidos que van adquiriendo, de este modo les hacemos responsables con su aprendizaje y les motivamos para seguir por el mismo camino, que teníamos pautado.
5.- Si lo consideras necesario, puedes buscar la ayuda de un profesor particular o una academia. Pueden ayudarle a desarrollar técnicas de estudio y estrategias de aprendizaje más efectivas.
Pon la atención en el proceso y no en los resultados. Es decir, se trata de potenciar su aprendizaje y mejorar su competencia de aprender a aprender.
El porcentaje se ha reducido un 1,9% en un año y casi duplica la media comunitaria, que se sitúa en el 11%. Estamos muy lejos de reducir el abandono escolar al 15% de aquí 2020 fijado por la Unión.
España es líder, una vez más, de la Unión Europea en fracaso escolar. El 20% de los jóvenes entre 18 y 24 ha abandonado prematuramente el sistema educativo sin haber terminado sus estudios de secundaria. Son más los hombres (24%) los que dejan las aulas frente a las mujeres, ya que solo el 15,8% pusieron fin a su formación en 2015.
El porcentaje de abandono se ha reducido un 1,9% en un año y casi duplica la media comunitaria, que se sitúa en el 11% según el informe publicado este miércoles por la oficina estadística de la UE, Eurostat. De esta manera, nuestro país está muy lejos de reducir el abandono escolar al 15% de aquí a 2020 fijado por la Unión Europea aunque ha logrado en los últimos años un avance significativo reduciendo diez puntos en un década tras pasar desde el 30,3% que se registraba en 2006 hasta el actual 20%.
Junto con España, los países de la UE con mayor tasa de fracaso escolar son Malta (19,8%) y Rumanía (19,1%). En el lado contrario se sitúan Croacia (2,8%), Eslovenia (5%), Chipre (5,3%) y Polonia (5,3%). Además 13 países de la Unión Europea ya han cumplido con el objetivo de 2020 y tienen un porcentaje de abandono por debajo del 15%, entre ellos Dinamarca, Grecia, Italia o Francia.
Mejores resultados en la univerisidad
Mejores resultados logra España en educación universitaria -que incluye grados, másteres y doctorados-. El 42% de los jóvenes entre 30 y 34 años ha completo con éxito sus estudios situándose muy cerca del objetivo del 44% marcado para 2020 y colocándose en el puesto 16 de 28 Estados Miembros. En esta cuestión las mujeres destacan ya que el 47% de ellas tiene un tienen una carrera u otra formaciín superior frente al 34% de los hombres.
En los primeros puestos de éxito universitario están Lituania (57,6%), Chipre (54,6%), Irlanda (52,3%) y Luxemburgo (52,3%) mientras que en la cola se encuentran Italia (25,3%) y Eslovenia (28,4%).
Doce países, entre los que no está España, han conseguido alcanzar ya su objetivo nacional de estudios superiores comprometido con la agenda 2020 de la UE, según concluye Eurostat
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España es líder, una vez más, de la Unión Europea en fracaso escolar. El 20% de los jóvenes entre 18 y 24 ha abandonado prematuramente el sistema educativo sin haber terminado sus estudios de secundaria. Son más los hombres (24%) los que dejan las aulas frente a las mujeres, ya que solo el 15,8% pusieron fin a su formación en 2015.
El porcentaje de abandono se ha reducido un 1,9% en un año y casi duplica la media comunitaria, que se sitúa en el 11% según el informe publicado este miércoles por la oficina estadística de la UE, Eurostat. De esta manera, nuestro país está muy lejos de reducir el abandono escolar al 15% de aquí a 2020 fijado por la Unión Europea aunque ha logrado en los últimos años un avance significativo reduciendo diez puntos en un década tras pasar desde el 30,3% que se registraba en 2006 hasta el actual 20%.
Junto con España, los países de la UE con mayor tasa de fracaso escolar son Malta (19,8%) y Rumanía (19,1%). En el lado contrario se sitúan Croacia (2,8%), Eslovenia (5%), Chipre (5,3%) y Polonia (5,3%). Además 13 países de la Unión Europea ya han cumplido con el objetivo de 2020 y tienen un porcentaje de abandono por debajo del 15%, entre ellos Dinamarca, Grecia, Italia o Francia.
Mejores resultados en la univerisidad
Mejores resultados logra España en educación universitaria -que incluye grados, másteres y doctorados-. El 42% de los jóvenes entre 30 y 34 años ha completo con éxito sus estudios situándose muy cerca del objetivo del 44% marcado para 2020 y colocándose en el puesto 16 de 28 Estados Miembros. En esta cuestión las mujeres destacan ya que el 47% de ellas tiene un tienen una carrera u otra formaciín superior frente al 34% de los hombres.
En los primeros puestos de éxito universitario están Lituania (57,6%), Chipre (54,6%), Irlanda (52,3%) y Luxemburgo (52,3%) mientras que en la cola se encuentran Italia (25,3%) y Eslovenia (28,4%).
Doce países, entre los que no está España, han conseguido alcanzar ya su objetivo nacional de estudios superiores comprometido con la agenda 2020 de la UE, según concluye Eurostat
Noticia de fecha 15 de febrero 2015 (Noticias Cuatro).
En torno a un millar de colegios en España ofrecían Ajedrez como asignatura optativa. Lo 'ideal' es que el aprendizaje del ajedrez se inicie a los 6 años y continúe hasta los 11. Implantar el ajedrez obligatorio en todos los niveles de Educación Primaria podría ayudar a reducir el abandono escolar, según las estimaciones de la Federación Española de Ajedrez (FEDA). La extrapolación es un estudio realizado "hace años" por la institución, a partir de los datos de las escuelas que ya aplicaban la enseñanza de este juego entre sus estudiantes.
Según ha explicado el director técnico de la Federación Española de Ajedrez, Ramón Padullés, a Europa Press, la FEDA "lleva mucho tiempo luchando" para que se aprovechen las ventajas de la enseñanza de ajedrez en las escuelas. "Ahora finalmente ha salido", ha explicado, en referencia a la proposición no de ley aprobada en el Congreso el pasado miércoles.
Gracias a la medida, propuesta por el PSOE y aprobada por unanimidad en la cámara, se implantará el programa 'Ajedrez en la Escuela' siguiendo las recomendaciones que la Comisión Europea realizó en 2012.
Hasta ahora, en torno a un millar de colegios en España ofrecían Ajedrez como asignatura optativa, aunque sumadas a las que lo ofrecían como extraescolar son "un mínimo de 3.000", según el director técnico de la organización de ajedrecistas.
"Luego hay experiencias piloto muy interesantes impulsadas por gobiernos autónomos. La más clara es la de Baleares, donde esto ya está prácticamente implantado. En Cataluña se ha hecho una experiencia piloto con 120 colegios, en Cantabria también se ha hecho una experiencia piloto con unos 3.000 alumnos, aunque aún no se puede decir que se esté implantando", explica Padullés.
Para la federación, los estudios realizados hasta la fecha "han logrado demostrar que el Ajedrez mejora en un 17% el rendimiento en matemáticas y lecturas poco tiempo después de empezar a jugar".
Según su director técnico, este ejercicio, practicado por niños de edad temprana, "favorece un desarrollo más rápido de la inteligencia, un mejor desarrollo de su grado de madurez e, indirectamente, tiene beneficios para el aprovechamiento mejor y más claro de otras asignatura, como pueden ser las matemáticas, la comprensión lectora, la visión espacial".
"Aparte, les forma anticipadamente el carácter en cuanto a toma de decisiones y el saber perder, que es muy importante, y saber analizar por qué se ha perdido", asegura.
En este sentido, explica que lo "ideal" es que el aprendizaje del ajedrez se inicie a los 6 años (primer curso de Primaria) y continúe hasta el término de este nivel de estudios (a los 11 años).
"Nosotros entendemos que, depende del grado de madurez que vea en los niños cada profesor y cada centro, a partir de los cuatro años ya se podría empezar, pero la edad ideal son seis años", ha puntualizado.
Para la enseñanza del juego, en las primeras etapas no es necesario que los niños se sienten frente a una mesa y venga "un entrenador de los de verdad a enseñarles estrategias". Por el contario, Padullés estima que lo mejor es "hacer que lo vean como un juego". "Primero que entiendan lo que son las verticales, horizontales y diagonales, luego que conozcan cada pieza, la dibujen... Luego ya se desarrolla un poco más y que sea algo progresivo", ha indicado..
Para el directivo de la federación, se está produciendo un "auge del Ajedrez" (del que la iniciativa del Congreso forma parte) desde que la Comisión Europea decidió impulsar esta disciplina como una herramienta eficaz para el sistema educativo.
En marzo de 2012, la CE emitió un llamamiento a los Estados miembros de la UE para recomendar que la incluyeran en sus programas, al considerar que es un juego "accesible a los niños de todos los estratos sociales" y capaz de "mejorar su concentración, paciencia, perseverancia, intuición, memoria, y su capacidad de análisis y de toma de decisiones", además de "la deportividad, motivación y determinación".
Asimismo, aseguraba que la práctica del juego-deporte, puede contribuir a mejorar la integración y cohesión social y, por ende, "combatir la discriminación, reducir los niveles de criminalidad e incluso luchar contra las adicciones".
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En torno a un millar de colegios en España ofrecían Ajedrez como asignatura optativa. Lo 'ideal' es que el aprendizaje del ajedrez se inicie a los 6 años y continúe hasta los 11. Implantar el ajedrez obligatorio en todos los niveles de Educación Primaria podría ayudar a reducir el abandono escolar, según las estimaciones de la Federación Española de Ajedrez (FEDA). La extrapolación es un estudio realizado "hace años" por la institución, a partir de los datos de las escuelas que ya aplicaban la enseñanza de este juego entre sus estudiantes.
Según ha explicado el director técnico de la Federación Española de Ajedrez, Ramón Padullés, a Europa Press, la FEDA "lleva mucho tiempo luchando" para que se aprovechen las ventajas de la enseñanza de ajedrez en las escuelas. "Ahora finalmente ha salido", ha explicado, en referencia a la proposición no de ley aprobada en el Congreso el pasado miércoles.
Gracias a la medida, propuesta por el PSOE y aprobada por unanimidad en la cámara, se implantará el programa 'Ajedrez en la Escuela' siguiendo las recomendaciones que la Comisión Europea realizó en 2012.
Hasta ahora, en torno a un millar de colegios en España ofrecían Ajedrez como asignatura optativa, aunque sumadas a las que lo ofrecían como extraescolar son "un mínimo de 3.000", según el director técnico de la organización de ajedrecistas.
"Luego hay experiencias piloto muy interesantes impulsadas por gobiernos autónomos. La más clara es la de Baleares, donde esto ya está prácticamente implantado. En Cataluña se ha hecho una experiencia piloto con 120 colegios, en Cantabria también se ha hecho una experiencia piloto con unos 3.000 alumnos, aunque aún no se puede decir que se esté implantando", explica Padullés.
Para la federación, los estudios realizados hasta la fecha "han logrado demostrar que el Ajedrez mejora en un 17% el rendimiento en matemáticas y lecturas poco tiempo después de empezar a jugar".
Según su director técnico, este ejercicio, practicado por niños de edad temprana, "favorece un desarrollo más rápido de la inteligencia, un mejor desarrollo de su grado de madurez e, indirectamente, tiene beneficios para el aprovechamiento mejor y más claro de otras asignatura, como pueden ser las matemáticas, la comprensión lectora, la visión espacial".
"Aparte, les forma anticipadamente el carácter en cuanto a toma de decisiones y el saber perder, que es muy importante, y saber analizar por qué se ha perdido", asegura.
En este sentido, explica que lo "ideal" es que el aprendizaje del ajedrez se inicie a los 6 años (primer curso de Primaria) y continúe hasta el término de este nivel de estudios (a los 11 años).
"Nosotros entendemos que, depende del grado de madurez que vea en los niños cada profesor y cada centro, a partir de los cuatro años ya se podría empezar, pero la edad ideal son seis años", ha puntualizado.
Para la enseñanza del juego, en las primeras etapas no es necesario que los niños se sienten frente a una mesa y venga "un entrenador de los de verdad a enseñarles estrategias". Por el contario, Padullés estima que lo mejor es "hacer que lo vean como un juego". "Primero que entiendan lo que son las verticales, horizontales y diagonales, luego que conozcan cada pieza, la dibujen... Luego ya se desarrolla un poco más y que sea algo progresivo", ha indicado..
Para el directivo de la federación, se está produciendo un "auge del Ajedrez" (del que la iniciativa del Congreso forma parte) desde que la Comisión Europea decidió impulsar esta disciplina como una herramienta eficaz para el sistema educativo.
En marzo de 2012, la CE emitió un llamamiento a los Estados miembros de la UE para recomendar que la incluyeran en sus programas, al considerar que es un juego "accesible a los niños de todos los estratos sociales" y capaz de "mejorar su concentración, paciencia, perseverancia, intuición, memoria, y su capacidad de análisis y de toma de decisiones", además de "la deportividad, motivación y determinación".
Asimismo, aseguraba que la práctica del juego-deporte, puede contribuir a mejorar la integración y cohesión social y, por ende, "combatir la discriminación, reducir los niveles de criminalidad e incluso luchar contra las adicciones".
Un estudio de la Fundación La Caixa concluye que la educación temprana es decisiva para los resultados futuros de los niños en competencias básicas, sea cual sea su origen socioeconómico.
Aunque se suele atribuir el fracaso escolar a la educación secundaria, en realidad la clave para prevenirlo está en las etapas educativas anteriores. Así lo afirma el informe de la Fundación la Caixa «Aprendizaje y ciclo vital. La desigualdad de oportunidades desde la educación preescolar hasta la edad adulta» .
En el estudio presentado por Enric Banda, director del Área de Ciencia y Medio Ambiente de la Fundación; Leire Salazar y Héctor Cebolla, doctores en Sociología por la Universidad de Oxford; y Jonas Radl, doctor en Sociología por el Instituto Universitario Europeo, se analiza por primera vez de forma conjunta las bases de datos más destacadas sobre la educación en España. Y la conclusión a la que llegan es que si bien la asistencia a la escuela infantil es beneficiosa para los niños y niñas de todos los orígenes socioeconómicos, son los hijos de las familias más desfavorecidas los que más se benefician del acceso a preescolar, en concreto dos veces más. La educación en estas edades se revela así como fundamental para paliar la desigualdad de oportunidades educativas.
La escuela como elemento compensador
Los hijos de las familias más desfavorecidas, candidatos en mayor medida al fracaso escolar a medio y largo plazo, son los que más se benefician porque en muchos casos se trata de niños cuyos padres no invierten tanto tiempo en actividades con contenido pedagógico, y es el sistema educativo el que se encarga de compensar esa menor cantidad y variedad de estímulos que se reciben en el entorno familiar.
En contra de lo que se piensa, no existen diferencias medias importantes entre los resultados de los centros educativos públicos o privados. De los datos analizados se deduce que los centros educativos españoles no parecen aumentar las desigualdades de partida que existen entre las familias porque España ha cultivado un sistema educativo relativamente homogéneo, aunque de menor calidad que el de otros países desarrollados.
En la universidad, todos iguales
En cuanto al aprendizaje que se realiza en la universidad, no existen diferencias relevantes entre los estudiantes con distinto origen social. Dada la estabilidad de los patrones de desigualdad en primaria y secundaria, si la universidad presenta menos diferencias por origen social es porque el fracaso escolar bloquea a los estudiantes con peor rendimiento, entre los que los de menos recursos están sobrerrepresentados.
Lo que sí produce impacto en el rendimiento de los estudiantes son las crisis económicas, que reducen sobre todo las expectativas de los estudiantes con orígenes humildes. Entre los alumnos con un rendimiento medio, las expectativas se reducen solo un 4 % cuando los padres tienen un alto nivel educativo, y un 13 % cuando los padres tienen un nivel de formación bajo.
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Aunque se suele atribuir el fracaso escolar a la educación secundaria, en realidad la clave para prevenirlo está en las etapas educativas anteriores. Así lo afirma el informe de la Fundación la Caixa «Aprendizaje y ciclo vital. La desigualdad de oportunidades desde la educación preescolar hasta la edad adulta» .
En el estudio presentado por Enric Banda, director del Área de Ciencia y Medio Ambiente de la Fundación; Leire Salazar y Héctor Cebolla, doctores en Sociología por la Universidad de Oxford; y Jonas Radl, doctor en Sociología por el Instituto Universitario Europeo, se analiza por primera vez de forma conjunta las bases de datos más destacadas sobre la educación en España. Y la conclusión a la que llegan es que si bien la asistencia a la escuela infantil es beneficiosa para los niños y niñas de todos los orígenes socioeconómicos, son los hijos de las familias más desfavorecidas los que más se benefician del acceso a preescolar, en concreto dos veces más. La educación en estas edades se revela así como fundamental para paliar la desigualdad de oportunidades educativas.
La escuela como elemento compensador
Los hijos de las familias más desfavorecidas, candidatos en mayor medida al fracaso escolar a medio y largo plazo, son los que más se benefician porque en muchos casos se trata de niños cuyos padres no invierten tanto tiempo en actividades con contenido pedagógico, y es el sistema educativo el que se encarga de compensar esa menor cantidad y variedad de estímulos que se reciben en el entorno familiar.
En contra de lo que se piensa, no existen diferencias medias importantes entre los resultados de los centros educativos públicos o privados. De los datos analizados se deduce que los centros educativos españoles no parecen aumentar las desigualdades de partida que existen entre las familias porque España ha cultivado un sistema educativo relativamente homogéneo, aunque de menor calidad que el de otros países desarrollados.
En la universidad, todos iguales
En cuanto al aprendizaje que se realiza en la universidad, no existen diferencias relevantes entre los estudiantes con distinto origen social. Dada la estabilidad de los patrones de desigualdad en primaria y secundaria, si la universidad presenta menos diferencias por origen social es porque el fracaso escolar bloquea a los estudiantes con peor rendimiento, entre los que los de menos recursos están sobrerrepresentados.
Lo que sí produce impacto en el rendimiento de los estudiantes son las crisis económicas, que reducen sobre todo las expectativas de los estudiantes con orígenes humildes. Entre los alumnos con un rendimiento medio, las expectativas se reducen solo un 4 % cuando los padres tienen un alto nivel educativo, y un 13 % cuando los padres tienen un nivel de formación bajo.