"La conciencia, esa gran desconocida y, paradójicamente, tan presente en nosotros como ausente en el mundo"
(Amador Martos)
El colapso financiero: una bomba de relojería

Artículo escrito en septiembre de 2012 .

La economía no es una ciencia exacta. Sin embargo, los apologetas del economicismo neoliberal imponen su dogma de verdades, anteponiendo su amor al dinero por encima de las miserias que padece la humanidad. Si una cosa hay cierta, es que de esta crisis, o salimos todos o nos hundimos todos. No es una crisis sistémica más. Es la madre de todas las crisis: el imperialismo económico se ha apoderado de las estructuras de poder (económicas, políticas, mediáticas y militares); las democracias han sido secuestradas por los plutócratas; los recursos naturales son objeto de guerras geoestratégicas; la explotación laboral se ha globalizado y la pobreza se extiende endémicamente por el planeta. Todo apunta a un colapso financiero global, cuyo epicentro es el egoísmo y la codicia humana en acumular mayores riquezas dinerarias. Los indicadores económicos, desde hace tiempo, apuntan en dicha dirección: el volumen de “productos financieros derivados”, en el periodo que va del año 1990 al 2007, ha crecido vertiginosamente por encima de la Tasa de crecimiento del Producto Bruto Mundial, el cual cae a marcha forzada desde el año 1970. Es decir, hay una “riqueza” artificialmente creada desde la ingeniería financiera, muy por encima de la riqueza real disponible. La prueba de ello son los CDS: Credit Default Swaps o “derivados de incumplimiento crediticio”, conocidos también como “activos tóxicos” o “armas financieras de destrucción masiva”. Los CDS han escapado al control de sus creadores (grandes bancos mundiales) para dar paso a una contundente vida propia. Una vida mucho más grande que toda la economía real del planeta. No tienen nada que ver con la economía real dado que no son más que papeles manejados por oscuros burócratas. Los derivados sobre CDS se estiman entre 450 y 720 Billones de Euros (entre 10 y 17 veces el PIB Mundial). Ante esta emergente situación, ¿qué nos espera en un futuro a corto plazo? Nada bueno. Mientras nos afanamos en sobrevivir día a día a los recortes estructurales impuestos desde el economicismo neoliberal, se están produciendo sigilosos movimientos en la cúpula financiera que domina el mundo. Vivimos en una ignorancia ajena al verdadero poder fáctico. El mundo es como una partida de ajedrez: hay que intentar anticipar los movimientos del adversario para ganar la partida. Y, esto, los plutócratas, los que marcan los designios de la humanidad, los verdaderos amos financieros del mundo, en definitiva, los que se esconden detrás de los eufemísticos “mercados”, tienen muy estudiado el tablero mundial. No obstante, es imperativo denunciar los extraños tejemanejes que se están produciendo a espalda de los inocentes e incautos ciudadanos de todo el mundo.

Según informa el diario The Telegraph, se podría estar gestando un “crash” financiero que golpee de lleno a la economía mundial en cuestión de semanas. Peor incluso que el cataclismo que siguió a la quiebra de Lehman Brothers. La señal de alarma ha saltado en los mercados de capitales, donde los seguros para cubrir el impago de bonos emitidos por los bancos -los famosos CDS- se están disparando peligrosamente.

Por otro lado, en círculos económicos, es sabido que George Soros ha vendido más de un millón de acciones en compañías financieras y bancos, incluyendo a Citigroup (420.000 acciones), JP Morgan (701.400 acciones) y Goldman Sachs (120.000 acciones). Al mismo tiempo adquiría unas 840.000 acciones de oro. Cuando una persona como Soros vende todas sus acciones financieras y acopia oro, conviene deducir que algo muy serio puede ocurrir en los mercados. Además, en recientes declaraciones, ha sugerido que la situación financiera en el mundo es tan seria que Europa podría descender pronto hacia el caos y el conflicto, a la vez que pronostica violentos disturbios en los EE.UU. y una brutal prohibición gubernamental que limitará de un modo dramático las libertades civiles. Otro multimillonario, John Paulson- que ganó 20.000 millones de dólares en la crisis de “subprime” de las hipotecas-, está comprando oro: su compañía tiene el 44% de su fondo de 24.000 millones de dólares invertidos en oro. También los bancos centrales están abasteciéndose de oro: según el World Gold Council, la cantidad de oro adquirida por los bancos centrales del mundo creció enormemente durante el segundo trimestre del año 2012. Las 157,5 toneladas métricas de oro compradas este último trimestre por los bancos centrales significaron un incremento del 62% en relación al primer trimestre del 2012, y un aumento del 137,8% en relación al segundo trimestre del 2011. Antes del 2009, los bancos centrales del mundo habían sido vendedores netos durante dos décadas. Pero ahora esto ha cambiado totalmente, y en el último trimestre los bancos centrales se abastecieron con oro en cantidades nunca antes vistas.

Otro elemento no menos importante a tener en cuenta es que la ruptura del euro podría acarear el derrumbe del sistema financiera. Según Jim O’Neill, jefe del departamento de Gestión de Activos de Goldman Sachs, señala que España podría convertirse en la locomotora de la caída de la Unión Europea. Asimismo, la filial británica del banco presidido por Emilio Botín, en el informe financiero semestral remitido en la Comisión de Valores de Estados Unidos (SEC), augura una ruptura del euro.

Además, hay que recordar que la deuda de EE.UU. crece más rápidamente que su Producto Interior Bruto. No olvidemos que EE.UU. es el país más endeudado del mundo. También surgen interrogantes sobre el destino de las 450 millones de balas de punta hueca que han adquirido recientemente. Un cóctel implosivo en el seno del imperialismo económico.

Otro dato de interés es que, según el GEAB (Boletín del Grupo Europeo de Anticipación), con un merecido prestigio internacional porque adelantaron la crisis nacida en el 2007, en su último boletín público pronostican un futuro cercano más que sombrío. Otra mala señal es que muchos ejecutivos han vendido valores de las compañías de S&P 500 (SPX), más que en los diez últimos años. Más de 10.000 millones de dólares han sido retirados de los fondos de inversiones.

Por último, cabe tener en cuenta que la crisis de Occidente no es exclusivamente financiera, sino que está vinculada con la crisis energética, pues los países del norte carecen literalmente de un petróleo que fluye hacia Oriente y el Sur. Según expertos en la materia, el “pico del petróleo” producirá un colapso global del sistema productivo. Es obvio que las estrategias militares de los EE.UU. en el Estrecho de Ormuz están plenamente relacionadas con los intereses que genera el petróleo y, consecuentemente, un recorte en su suministro acarrearía inevitablemente un colapso financiero mundial.

Saque el lector sus propias conclusiones. Lo cierto es que los ricos están poniendo a buen recaudo sus fortunas. Los más avispados están haciendo acopio de dinero en efectivo y recursos de subsistencia. Como siempre, los que viven en la feliz ignorancia, serán los damnificados del posible colapso financiero mundial. Algunos, incluso, ven en todo ello la antesala de la tercera guerra mundial. No es mi intención ser alarmista. Sencillamente, he aprendido a desconfiar de la oligarquía plutocrática que manipula a la humanidad.